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Consecuencias de ser testigo en una causa penal

Ser testigo en una causa penal es consecuencia de tu rol de observador o conocedor de hechos que tengan trascendencia penal

Ser testigo en una causa penal es consecuencia de tu rol de observador o conocedor de hechos que tengan trascendencia penal.

La vida en sociedad puede generar multitud de situaciones en que, sin quererlo, te puedas ver involucrado en hechos que requieran de tu intervención.

Tu conocimiento acerca de ciertos hechos (una agresión, un robo, etc.) puede ser decisivo a fin de que el Estado pueda ejercer su función represora sobre la actividad delictiva.

Este artículo explora las diversas implicaciones y responsabilidades que asumes al intervenir en un proceso judicial de esta índole.

¿Qué se espera de tu intervención como testigo en la causa penal?

Tu intervención como testigo en una causa penal puede resultar esencial para el esclarecimiento de los hechos.

Al momento de prestar declaración el juez te informará de tu obligación de decir verdad, así como de las consecuencias de no hacerlo.

Posteriormente, el Fiscal te interrogará, solicitando que expongas, de modo general y sin interrupción, cuáles son los hechos de los que tengas conocimiento.

Al terminar tu exposición, tanto el Fiscal, como los abogados de las partes y el propio juez podrán formularte preguntas aclaratorias sobre los hechos que hayas expuesto.

Se te va a impedir mantener contacto con el resto de testigos, debiendo declarar todos de forma separada.

Las preguntas que se te formulen van a ser inadmitidas si el juez considera que puedan ser capciosas o sugestivas.

¿Cuáles son tus responsabilidades como testigo en causa penal?

Como testigo en causa penal debes comparecer al llamamiento y estás obligado a declarar (salvo excepciones motivadas por tener parentesco con el acusado, entre otras).

Si no acudes al llamamiento y tu testimonio se considera necesario, el juez puede acordar la suspensión del juicio. Cuando acudas al nuevo llamamiento el juez te preguntará por qué no compareciste en el señalamiento anterior. Si no ofreces motivo suficiente que sirva para excusarte, la sanción que se te puede imponer oscila entre 200 y 5000 euros.

Si tampoco acudes al segundo llamamiento se te puede imputar un delito de obstrucción a la justicia (artículo 463 del Código Penal).

En caso de que te niegues a prestar declaración, el delito que se te puede imputar es el de desobediencia grave (artículo 556 del Código Penal).

Posibles beneficios que puedes tener como testigo

Pese a la carga que puede suponer intervenir como testigo en causa penal, no todo son inconvenientes.

Y es que, en algunos casos, la ley autoriza a que tu declaración pueda hacerse por videoconferencia:

-para evitar tu desplazamiento al juzgado, si resides muy lejos.

-si eres víctima de violencia de género, violencia sexual, trata de blancas, o si eres menor de edad o discapacitado.

Si te produce reparo declarar delante del acusado, puedes pedir que el juzgado adopte medidas a fin de evitar la confrontación visual con él.

Derecho a obtener indemnización por tu intervención

La legislación reconoce la importancia de tu papel como testigo, estableciendo el derecho a recibir indemnización.

Esta indemnización busca la compensación por la pérdida de tu tiempo de trabajo, así como por posibles gastos de desplazamiento.

La indemnización corre a cargo de la parte que te propuso como testigo, debiéndola solicitar en el momento de prestar declaración.

Es fundamental conocer tus derechos en este aspecto y buscar asesoramiento legal si es necesario.

Preguntas frecuentes

-¿Quién no puede ser testigo en un juicio?

Cualquier persona puede ser testigo en un juicio penal. No obstante, hay casos en que no se puede obligar a determinadas personas a que declaren como testigos:

a) personas con ciertas discapacidades físicas o sensoriales (su capacidad para declarar será valorada por un médico forense)

b) familiares del acusado (artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal).

d) determinados profesionales, en virtud del secreto profesional (abogados, médicos, etc.).

e) eclesiásticos, en virtud del secreto de confesión.

-¿Qué faculta a una persona para ser testigo?

El hecho de haber presenciado o ser conocedor de hechos que estén relacionados con la comisión de un delito.

Hay que distinguir si el testigo tiene conocimiento de los hechos por haberlos presenciado él mismo (testigo directo) o si se los ha revelado un tercero (testigo de referencia).

-¿Cómo se formulan las preguntas a los testigos?

Se les pide que expongan los hechos de los que son conocedores. Tras dicha exposición se les van a formular preguntas a fin de aclarar ciertos aspectos.

Las preguntas capciosas o sugestivas serán inadmitidas en todo caso.

-¿Quién interroga a los testigos?

El interrogatorio da comienzo con las preguntas del fiscal, a las que siguen las de las acusaciones particulares (si están presentes) y defensas. Finalmente, el juez puede formular preguntas a fin de aclarar ciertas cuestiones que le generen dudas.

Conclusión

Ser testigo en una causa penal conlleva responsabilidades significativas, pero también puede tener impactos positivos en la sociedad y en la administración de justicia.

Tu intervención supone obligaciones para ti, como la de comparecer a todo llamamiento y decir verdad ante todo lo que se te pregunte.

En determinados casos, puedes solicitar que tu declaración se haga por videoconferencia.

La ley reconoce tu derecho a obtener una indemnización por gastos de desplazamiento y pérdida de tiempo de trabajo.

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